miércoles, 13 de abril de 2016

Gaja Gaia & Rey 2000

5 abril 2016.


Al pie de semejante fotografía hay que detenerse y guardar un breve silencio. Estamos, seguramente, delante del mejor chardonnay de Italia, y probablemente, del mejor blanco que elaboran en ese país. 

En 1859, la familia Gaja empezó a vender vino tinto tabernero en Barbaresco, y a partir de 1937 a etiquetarlo. Después de la segunda guerra mundial, Clotilde Rey compró un viñedos en Langhe. 

Angelo Gaja entró en la bodega familiar en 1961 a los 21 años de edad, y pronto revolucionó la viticultura piamontesa, y, probablemente, la de todo el mundo. En dos décadas sus vinos eran los mejores de Italia, y los Barbaresco y Barolo adquirían fama equiparable a los mejores vinos franceses. Sus vinos tintos no necesitan mayor presentación, sin embargo, su blanco Gaia & Rey requiere una pequeña reflexión, un alto en el camino, pide atención, y nosotros se la damos en exclusiva. 

Hablamos de un Chardonnay monovarietal, elaborado en Langhe, en un pequeño viñedo de menos de 4 Ha, hecho para guardar, para competir con los grandes Borgoñas y con lo que se ponga por delante. El nombre se debe a la abuela de Angelo, Clotilde Rey, que compró el viñedo, y a su hija Gaia.

La pieza, escurridiza hoy, es cortesía del restaurante Zaldiarán, en Vitoria-Gasteiz. Veamos. 


1. Gaja Gaia & Rey 2000.

Origen: Langhe, Barbaresco, Piamonte, Italia.
Coupage: chardonnay 100%.
Precio: 200-250 EUR. Añada muy difícil de conseguir a estas alturas; las más jóvenes pueden conseguirse por un precio de entre 100 y 200 EUR, dependiendo de la añada y el proveedor.
Viñedo: 3,6 Ha plantadas en 1979, cerca de Treiso, a más de 400 msnm, en suelos de marga, ricos en calcio y pobres en potasio y nitrógeno, que controlan la vivacidad de las cepas y reducen la producción a rendimientos muy bajos.
Elaboración: fermentación en acero inoxidable a 18ºC, 5 meses de reposo en lías, 8 meses de permanencia en barricas de roble nuevas, donde realiza la fermentación maloláctica, y 5 meses más de afinamiento en acero a 10ºC. 
Puntuación (2): 4,75

A estas alturas, el vino se presenta como el oro, brillante y hermoso, con una lágrima densa, vacilante, indeleble. Después de desperezarse unos minutos, como un dragón que despierta de diez años de letargo, muestra una nariz casi imposible, complejísima, con notas de frutas blancas muy maduras y caramelos de miel sobre un fondo redondo y completo con abundantes notas terciarias, de flores blancas dulces, de almizcle, de parafinas y alcoholes, de frutos secos muy grasos, de bálsamo y madera fina, de panal de abejas... En boca ataca fresco y amable, con elegancia pero pronto desata una autoridad sutil, pero incontestable: redondo y cristalino, voluminoso, pleno, de una longitud inacabable y postgusto larguísimo, extraordinariamente complejo y de una acidez exquisita. Trabaja en todas direcciones con una elevada concentración, con franqueza, pero también con algo de sugerente sorpresa en caminos inescrutables que uno no sabría clasificar. 

Ha envejecido bien, si es que ha envejecido, y todavía le queda mucha guerra que librar.

Un vino casi perfecto, que solamente el clima sabría mejorar.

Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.

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