viernes, 6 de mayo de 2016

Toro Albalá Don PX Gran Reserva 1986

19 abril 2016.


Resulta siempre imponente un Toro Albalá en la mesa. Deslumbra la elegante sencillez de su presencia. No vamos a descubrir ahora la bodega cordobesa sita a caballo entre Aguilar de la Frontera y Moriles, pero no obstante, cabe destacar su magisterio con la uva Pedro Ximénez. La fama internacional se la lleva Jerez, con sus archiconocidos vinos dulces, y mérito no les falta. Sin embargo los cordobeses trabajan dicha uva con más amplitud de miras, buscando también vinos secos, finos, utilizando las criaderas y soleras -o no-, aprovechando la crianza bajo velo de flor cuando lo consideran oportuno, etc. Pero también elaboran vinos dulces de Pedro Ximénez como el que tenemos entre manos, de una añada singular añejada pacientemente en botas de roble sin añadirle ni quitarle nada, sin molestar al elixir de la sabiduría. Contrasta pues con el sistema jerezano de criaderas y soleras, que tan buenos frutos ofrece, pero de madres rejuvenecidas periódicamente. 

Hoy nos detenemos ante uno de los más humildes representantes de la bodega, y no por ello menos grande. Por encima tenemos los Selección, Convento, Ginés Liébana, etc., dulces y amontillados de Pedro Ximénez, todos de añadas singulares envejecidas en paz. Recientemente Robert Parker ha descubierto que su Convento Selección 1946 merecía la máxima puntuación, y la fama de la bodega se ha multiplicado. No obstante, siempre lo han hecho igual de bien. Que el americano se de cuenta ahora solamente es un síntoma de sus limitaciones. Lo más viejo que tienen recién embotellado es un Ginés Liébana de 1910: no sé si hay muchas bodegas en el mundo que puedan hacer eso. Tampoco es barato.

Toro Albalá Don PX Gran reserva 1986.

Procedencia: España > DOP Montilla-Moriles.
Coupage: Pedro Ximénez.
Elaboración: uva soleada hasta la pasificación y envejecimiento en botas de roble americano durante 28 años.
Producción: 42750 L.
Precio: 22-27 EUR.
Puntuación media (4): 4,5.

Se muestra con una capa alta, oscuro muy yodado, con destellos dorados, lágrima inmensa e indeleble, denso como el caramelo fundido. Tiene una nariz dulcísima, de fruta pasificada muy elegante, rica y fragante, exquisita y fina, con cierta exuberancia y delicada complejidad. Podríamos añadir notas de ciprés de Leyland y de pimienta de Madagascar, tal y como indica la propia bodega, pero nos ruboriza tan extravagante precisión. En boca no deja de ser exuberante, desplegando volumen y redondez con generosidad, pero sin perder la cordura de la educación y la elegancia, con modales moderados en su expresión. Predominan la ciruela pasa y el dátil medjoul en la retronasal, después de haber dejado un paso fino de maderas, caramelos y torrefactos. Es largo como un día sin vino.

Equilibrio perfecto entre dulzura, acidez, crianza y magia. Un trabajo impresionante.

Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.

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